miércoles, 31 de enero de 2018

dolor... ¿hasta dónde llegas?

Nada o muy poco sabemos o sospechamos de límites y fronteras. Con frecuencia pensamos si son realmente tales. Cuando cae el sol, allá detrás de las montañas, podemos preguntarnos "qué ha sido de él". Porque todo desaparece... también el sol cuando no hay pureza.
¡Señor! ¿Qué decir o meditar en las horas de la incertidumbre?
Y, sin embargo, Tú estás aquí tal como nosotros no nos atrevemos siquiera a sospechar...

Alberto E. Justo


martes, 30 de enero de 2018

Aún en la "noche oscura"

¿Por qué vacilas? ¿Porque duele y duele mucho? En realidad nunca sabemos bien qué es lo que duele. Porque más de una vez quisiéramos percibir esa música que resuena, bellísima, en lo más alto y profundo... ¿La percibimos? Quizá no hemos aprendido a recibirla sin más en nuestro corazón, tantas veces agobiado.
 Hoy volvemos la mirada más lejos tal vez, con el ánimo de "recuperar" lo "tantas veces" perdido.
  Y, sin embargo, aquí estamos, seguros de no perder -¿perder?- lo que teníamos por ¡seguro!
 Recibe, amigo mío, la paz y el saludo jamás ausentes... Recibe, que no pierdes ni hoy, ni ahora. Ha llegado la luz, ha llegado la aurora. Pero no puedes "medir" y esto no interesa. Abre la puerta y derriba luego los bastiones...

Alberto E. Justo


lunes, 29 de enero de 2018

vamos, que el Señor no nos ha dejado solos...

¡No estás solo, ni ahora, ni nunca! Reposa, en el Corazón del Señor... ¿Crees realmente en la presencia de Cristo-Jesús? Entonces, recuérdalo siempre, nada puede pasar si Él no pasa primero. La "clave" de tu vida "es" la confianza y la fe en el Señor que nunca te abandona.
Aún en la noche más oscura y más cerrada, cuando todo calla, cuando nadie dice nada... ¡Dios es tu vida, Dios está aquí! No temas... no temas.

Alberto E. Justo


domingo, 28 de enero de 2018

Sorpresa siempre mayor...

¿Quién soy? ¿Quién es el que pregunta, quién el que interroga? Porque quisiéramos saber y... crecer. Crecer hacia arriba, levantarnos al Cielo.
Sin duda, sin vacilaciones, es el Señor Jesús quien llama. Saber de verdad depende de Él, en la medida en que sepamos,  con gozo, preguntar. -Señor, dónde moras? 
 Nuestra casa se abre en el Corazón profundo, lleno de vida... ¡Señor! no sospechábamos que estuvieras tan cerca, tan "inmediato", tan íntimo, tan presente. Regálanos, desde el Fondo de nuestro espíritu, con tu presencia siempre mayor.

Alberto E. Justo


jueves, 25 de enero de 2018

¿Crear un camino nuevo?

Surge sin prisa. Hay una senda que nos lleva... El Señor lo conoce... ¿Qué más? No busco ni procuro modos para llegar a ninguna parte. Descubro, más bien, el vuelo secreto, que me es dado. "El mayor bien es pequeño... que toda la vida es sueño... y los sueños, sueños son."

Alberto E. Justo


recibo tu beso, Señor

A pesar de dudas y fallas y en medio de duras pruebas y ausencias... Suplicamos, hoy, como siempre, la abundancia de Tu Luz y la confianza que me corresponde.
Digo y repito, aún no sé quién soy. ¿Por qué he de saberlo en esta hora? Quizá deba saber primero qué o quién "no soy". Pero no importa tanto esto o aquello. Después de todo no es necesario pensar demasiado. Que mi plegaria se eleve como el incienso en tu Presencia. Tantas veces se suceden las súplicas de lo que no sabemos... ¡Tú lo sabes, Señor!

Alberto E. Justo


miércoles, 24 de enero de 2018

seguimos los caminos hacia más allá de las fronteras

Puede parecer demasiado reiterativo... Pero nos mantenemos firmes en nuestros pasos, aunque la debilidad y las pruebas jueguen a detenernos y a frenar las mejores intenciones.
 No hay "detenimiento" posible en los pasos de Dios. Sí, comprobamos la delicadeza de un andar inefable. ¿Adónde te seguimos, Señor, nuestra urgencia es grande o, al menos, así nos parece... La urgencia está en el Misterio de un Rostro sonriente e invitante, que no nos abandona jamás. Un Rostro que trasciende y supera todas las maneras, un Rostro sólo interior y profundo...
Allí encontramos todo el Bien y toda la Belleza...
Ya no podemos copiar. Y permanecemos solos "a solas con el Solo", con el Único.

Alberto E. Justo


martes, 23 de enero de 2018

El Señor ilumina tu corazón

nunca desesperes. Alégrate de las obras del Señor. Te parece que todo queda ahí no más. Pero no es así: todo cambia, la luz es siempre nueva: Ánimo siempre!

Alberto E. Justo


Luz interior que no se apagga

sino que se enciende más.
 Luz interior inefable que ya está iluminando y dando vida. Ya está: la salud viene de Dios.
 No temas, hermano. Él está aquí, presente, siempre obrando.

Alberto E. Justo


lunes, 22 de enero de 2018

la luz de la aurora..

Una y otra vez aguardamos las sorpresas del día y de las horas... Sin haber descubierto que las sorpresas ya están. Y son ellas, su contenido, que nos aguarda, tal vez donde menos sospechamos. Y así, siempre.
Andábamos por esos caminos cuando la frescura de la mañana... Sin saber muy bien adónde me llevaban mis propios pasos, muy dolorosos en alguna ocasión. Hasta que me di cuenta que alguien me seguía, entonces como ahora... ¿Porqué por allí? Yo contaba con que alguien precisamente me guiara y ahora -me parecía así- la ruta la elegía yo. Me volví para mirar y no vi a nadie.
¡Inmenso misterio de ausencia y de plenitud insospechada! No sabía nada del secreto ni del claroscuro temprano, de esas auroras que todo lo manifiestan en su silencio y en la trascendencia de su soledad.

Alberto E. Justo


viernes, 19 de enero de 2018

No reiterar lo que no es

El silencio de quien calla es lección segura para el silente. No tanto para los que van por ahí sino para los que vamos por aquí.
De golpe nos hallamos en angustia y sin respuestas. No hay más que callar con respeto. Ora, pues sin artificios ni "beaterías" Escucha con atención el susurro de la gracia...

Alberto E. Justo


¡No me dejéis aquí!

Miles son los clamores que se levantan en las horas de la prueba... Miles, en fin, los temores de un abandono sin sentido en el desierto que ya no conoce confines. Y no terminaremos de enumerar pesares o fragmentos que se repiten sin concierto en los tiempos de la duda y de las vacilaciones.
Pero no hemos de abandonar el camino, a pesar de lo que fuere... Porque, en medio de las ocurrencias de la historia, hemos visto y vemos a Dios... ¡Señor, clamamos hoy como un eco de ayer, ¿dónde te has escondido?
Un sinfín de preguntas se suceden sin descanso. Pero no negamos, ni ponemos en oscura duda lo afirmado: -No sé dónde estás ahora escondido, pero ¡¡te vemos!! ¿Cómo puede ser esto? Los teólogos y los teologuillos callan y enmudecen. Nosotros callamos hoy para VER mejor.

Alberto E. Justo


lunes, 15 de enero de 2018

Arrojo y Verdad

En la horas del silencio y de la meditación topamos, de un golpe, con la novedad de un "vacío" inefable que deja todo el espacio libre para Dios. Nadie nos apura y todo se abre... No diremos que descubrimos algo nuevo y nada más... Hay aquí un camino y algo más que un camino. La subida al monte comporta el eco admirable de una palabra que nunca calla. ¿El eco?
Aventúrate por esas sendas que no acabas de conocer todavía... El Señor no se esconde: Te guarda y te esconde...

Alberto E. Justo


¿Aceptas?

¿Qué cosa? ¿Qué cosa tan misteriosa? Pues... no lo sé. Alguno te dirá: -acostúmbrate y no hagas ruido, que los excesos de nada sirven... Lo mejor, por ahora, es callar. Y callar comporta cultivar una serenidad, una novedad permanente, que nada sabe de esto o de aquello.
Aguardamos no sé qué cosas... Pero olvidamos que todas ellas sólo se perciben en la noche...

Alberto E. Justo


sábado, 13 de enero de 2018

¿Cuántas imágenes has visto?

No, no nos han faltado imágenes. Tampoco ojos que nos contemplen... ¡Cuántos Rostros Benditos de Nuestro Salvador! Y, sin embargo, hay (o no hay) ausencias que se dejan sentir. ¿Un niño inocente y sonriente? ¡Señor! ¿dónde verte encontrarte, reconocerte? Y, aunque hoy o mañana no acertemos bien en la respuesta, Tú eres y estás aquí más que yo, infinitamente más que yo, sin la necesidad de imagen alguna... Porque te revelas siempre más y más hondo, hasta llegar a lo más alto e inefable...

Alberto E. Justo


viernes, 12 de enero de 2018

En en Bosque, en medio del bosque, pasadas las colinas...

Tal vez, más allá: Un silencio nuevo, ¿nuevo? Un silencio no "percibido antes", un silencio no imaginable en las laderas de los montes, quizá sin más detalle que la simple existencia o la sospecha de "estar ahí".
Un silencio que "habla en silencio", una plegaria, simplemente una plegaria, cuyo eco profundo está en el corazón.
Los ángeles atienden y se maravillan, los ángeles que ya contemplan el Rostro del Padre.
 Por eso todo calla a un tiempo... Más allá de ese tiempo. La maravilla del silencio de Dios. Y nuestro Dios, ¿espera? ¿aguarda algo? ¡Respóndete! ¡No dudes! Escóndete en el Secreto del Padre: inspira y expira, vive de la Vida Única, del Soplo del Espíritu que "gime" en tu corazón.

Alberto E. Justo


quizá por un camino enteramente nuevo...

"Nosotros esperábamos que Él nos restaurara el reino de Israel." ¡En efecto, nosotros aguardamos siempre, formas y maneras! Pero hay un secreto, una sorpresa inefable que no se detiene en formas ni en maneras, una presencia, y la Palabra que no se registra en los modos con los cuales trabajamos casi siempre. Usamos catálogos y diccionarios de toda especie y color y nunca acertamos... Pretendemos "fijarnos" en esos lugares "indudables", establecidos, casi mecánicos, que todo responden... ¡Queremos almanaques y proyectos! Pretendemos, en suma, esas cuentas claras que todo embarullan... ¿Dónde queda la ley verdadera, la ley del Amor que no conoce fronteras?
 Estructuras, estructuras y estructuras... No buscamos la luz, sino que perseguimos las sombras siniestras de los negocios que nos seducen con su materialidad somnolienta y vana...
 Nos gusta gritar "¡viva viva!" Tal vez para alejar o aplazar la muerte y, por tanto, la vida. ¡Ay, de los aplausos!
¡¡Vuelve al silencio, Hermano!! Y nada más.

Alberto E. Justo



¿Por qué tanta angustia y pesar?

En estos momentos, como en tantos otros, las contradicciones se multiplican desaforadamente, empujando las unas a las otras sin orden ni concierto... ¿Qué pasa en estos y en tantos otros parajes, cuando percibimos la ausencia de la paz? ¿Hemos olvidado -acaso- la promesa del Señor que nos ha hecho "custodios" de Su paz?
 El "enemigo" del hombre es el miedo y, sobre todo, el miedo a perder dinero y poder o lo que sea. En suma al despojo, sí miedo al despojo liberador que nos da valor en cualquier caso.
 El enemigo no da tregua y tiene hoy por tarea confundir y dispersar a los viandantes o, si se prefiere, atontarlos más de lo que ya están. Téngase en cuenta que nunca deja el tonto de tontear.  Y son éstos los que detienen el andar de los peregrinos, pintando peligros imaginarios y fantasías con las que creen mantenerse de pie.
Olvide el hombre sus dudas y láncese valiente, que Dios le tiene aparejado un destino mejor que sus prevenciones y vacilaciones. Tenga palabra y una conducta viril y constante.

Alberto E. Justo


jueves, 11 de enero de 2018

Dios está aquí

Nada tan grande y suficiente como esta simple afirmación de Fe. ¿Sabes? No es necesario buscar afuera ni en ninguna parte. El Señor ya nos ha conquistado: Uno somos con Él.
Desde pequeños fabricamos ilusiones y nos apegamos a lo más perecedero, teniendo por verdadero lo que no es...
Volvamos, por un instante, al Belén de nuestro corazón. Es ahora mismo la morada que nos abre sus puertas, puertas verdaderamente abiertas en el Corazón del Señor, que es el nuestro y nada más. Allí late nuestro secreto y nuestra vida.

Alberto E. Justo


Dios está aquí

domingo, 7 de enero de 2018

el silencio se recrea

En efecto, nunca nos detenemos en este o en aquel ángulo del camino. Y sólo el silencio nos abre paso para la nueva profundidad. No se trata de lo que dice Fulano o de lo que niega Mengano. Se trata, más bien de la siempre nueva ternura que abre el Amor de Dios.
Esto es inimaginable porque sobrepasa cualquier concepto y cualquier medida. Cuando abrimos el corazón, es decir cuando el mismo Dios lo abre y penetra, un sol inesperado atraviesa todas las fronteras.
No haya dudas. El Señor está aquí y percibimos hoy su Voz, como siempre, "Este es mi Hijo muy Amado, escuchadle sin temor ni vacilación..."

Alberto E. Justo


sábado, 6 de enero de 2018

seguimos en silencio

Porque todos los días descubrimos una virtud nueva... Amanece, Dios se manifiesta... Una senda, hasta ayer escondida, abre el camino insospechado. Ahora bien, señala la dirección única que "a casa" nos lleva.
 ¡Cuánto nos alegra esa luz que ya no se apaga! Los caminos se iluminan y nos iluminan ,y así percibimos, más allá de formas y maneras, la incesante llamada e invitación del Señor. Se han dispersado obstáculos e impedimentos: todo está limpio y vacío. Nada nos posterga, nada ni nadie puede mentirnos. El "engaño" es historia pasada, muy vieja... No hay tacaños, ni hipócritas: sólo un perfume brota de la tierra y se derrama entre las flores y el canto de las aves...

Alberto E. Justo


jueves, 4 de enero de 2018

Contemplando el horizonte,más allá

Sin ánimo de fugarnos demasiado pronto, vamos preparando el equipaje para el camino nuevo y definitivo. Camino, Verdad, Vida.
 A pesar de las amarguras de los tiempos y de las horas resplandece una luz nueva de la que no hemos de apartarnos ya. El Desierto se refleja en luces inéditas, en las sorpresas, quizá, de un mundo que, por fin, se acaba. Porque hay quienes se levantan para impedir la oración y la piedad, para debilitar cada vez más el paso de los viandantes en procura de una vida más alta.
¿Qué cercanía hay entre la mentira y la desilusión causada por el engaño falaz de los indiferentes?
Mira, si no entiendes muy bien lo que digo ahora, deja junto al lago la suma de tus lágrimas que, seguro, no mienten jamás. Sí, llora sin vergüenza y sin más pena de la que toca a tu corazón. El Señor te llama, no al éxito ni al "reconocimiento" de algunos, sino al misterio insondable del que nadie puede ser testigo. Tienes, por tanto, lo que ahora mismo deseas, aunque máscaras lejanas te lo quieran arrebatar.

Alberto E. Justo


miércoles, 3 de enero de 2018

habitar tu propia morada

Buscamos nuestra "casa", nuestro hogar verdadero, que se halla -sin duda alguna- en la intimidad de nuestro secreto con Dios. No tenemos que viajar para dar con él, pues ya lo tenemos. Lo que nos importa sobre todo es una condición, la realidad que ya no se pierde, del Don de Dios.
Los "distraídos" de nuestros días creen que los dones de Dios pueden convertirse en "dones" del hombre. Y juegan al disparate pensando dominar con no sé cuál destino que los ciega.
Tantos perseguidos sufren a los imbéciles y a los cobardes. Hemos caído en las garras de timoratos y estúpidos, incapaces de obrar con verdad y valor, esclavos miserables de un mundo que termina en las ruinas y en la muerte...
Sabemos muy bien que no pertenecemos al engaño o a la mentira, que hemos sufrido y sufrimos la cínica sonrisa de los fariseos... 

Alberto E. Justo



aún así todo se despedaza

Aunque no sea grato: tantas veces aguardamos lo que no llega (ni puede llegar). Pareciera que los sedientos hemos de permanecer sedientos y desfallecientes en un mundo que sólo se limita a mirar y a justificar espantosas indiferencias.
 Pero tarde o temprano la torpeza se derrumba y los que creen dominar el mundo acaban esclavos de sus propios tropiezos y sinrazones. En suma, el que cree o pretende dominar es dominado y permanece en su exilio.
Que el peregrino a nada y a nadie se "apegue"... Libérese el hombre de sus límites y angosturas, de sus pretextos, de su vana sed de dominio. Piérdase, más bien, en el silencio de su plegaria. Aunque no llegue a expresarse, aunque no piense nada.
 Ore profundamente en el inmenso silencio de su corazón. Habite allí, en su corazón. Alégrese de hallarse hasta tal punto levantado sobre toda criatura, por encima de cualquier suposición...

Alberto E. Justo


martes, 2 de enero de 2018

¡Aprendiera yo de mis padres...!

Una "ley" constante de esta vida de peregrinos es aprender siempre. Sea que nos ejercitemos en recordar, sea que retengamos, en profundidad, lo que alguna vez supimos o recibimos. Sí, hay tesoros que llevamos sin prestarles demasiada atención... Es preciso ser y estar atentos...
 Nada es superfluo en estos días... A nuestro lado se perciben presencias poco menos que indeseables, que exigen un discernimiento y un empeño de nuestra parte. Entonces es urgente pasar "más allá". Pero no son las "distancias" lo que aquí interesa, sino el rumbo, el arrojo y la perseverancia fuera de un mundo "en fuga"

Alberto E. Justo


lunes, 1 de enero de 2018

Silencio de Dios

 Muchos te dirán que hables en la oración, que cantes en la oración, que digas y que digas cosas mortificando así los oídos de unos y de otros. Pero nosotros hemos aprendido en el desierto un silencio que viene de lo Alto y no admite "distracciones" sonoras... Guarda en tu corazón la incomparable sinfonía del silencio trascendente y no te apartes del camino del Señor.
Nadie ora en verdad oyéndose a sí mismo, o mirándose al espejo, ensuciando así la pureza de un despojo dispuesto para Dios.

Alberto E. Justo


Oración viva

Deja que el Señor eleve tu espíritu y encienda tu alma en mayores deseos de unión y de vida... deja de buscar modos o maneras... Simplemente déjale obrar...

Alberto E. Justo


Puedes seguir adelante, a pesar de lo que padeces

 Nunca el Señor crea fronteras ni levanta barreras para que no puedas pasar... Cuando se cierra una puerta ábrese inmediatamente otra, que supera sombras y temores...
 En esta hora, tan llena de interrogantes y de amenazas, puedes realizar tu obra (obra de Dios-que no hay otra) a pesar de oposiciones y complejos, dificultades que aparecen cuando los tontos tallan demasiado...
Asegúrate que no te sigan... Deja que tus huellas se borren y desaparezcan por acción de... los vientos. Deja que se vayan: no quieras tallar tú.
¿Qué saben (unos u otros) de tu secreto y de la promesa que guardas, del "tesoro" que llevas? Deja, pues, deja que los muertos entierren a sus muertos...

Alberto E. Justo